"No hay bien no hay mal , ni verdad ni orden ni belleza" |
I. A partir de la experiencia y textos extraídos de la Biblia.
Vivimos en un mundo donde es posible el milagro tan maravilloso de cambiar las cosas en un instante. Donde el Sol de un pronto a otro se convierte en Luna y las nubes en estrellas. Un mundo donde algunos han perdido su instinto de sobrevivencia, pero que aún sigue siendo mundo. Donde hay paz porque hay guerra, donde existen triunfos porque hay mediocridad y donde hay felicidad porque abunda la tristeza... En donde cada segundo nos damos cuenta de que la vida es un círculo y que las cosas siempre van de la mano con su contrario, creyendo que es como un ciclo en donde termina una etapa y comienza otra, para mantener el balance de "un mundo" que constantemente camina para bien o para mal, según sean nuestras necesidades.
Poniéndome en reflexión con el interior de mi personaje, como parte del objetivo de la obra, me adentro en un espacio diferente del cotidiano -como cuando se lee un libro- para entender el "collage" emociones/energías/pensamientos tan inimaginables que se crean en cada escena compartida.
"Salva, porque se acabaron los piadosos... purificada siete veces¡Cómo ha quedado sola la ciudad populosa! La grande entre las naciones se ha vuelto como viuda. Sus puertas fueron echadas por tierra, destruyó y quebrantó sus cerrojos, todas están asoladas. Sus sacerdotes gimen, sus vírgenes están afligidas y yo tengo amargura.
Los vi, desfallecían como heridos en las calles de la ciudad, derramaron sus almas en el regazo de mis padres. Su piel estaba pegada a sus huesos, seca como un palo ¡huérfanos somos! Nuestra agua bebemos por dinero. Padecemos persecución sobre nosotros, nos fatigamos y no hay para nosotros reposo.
Amargamente lloro en la noche y mis lágrimas están en su mejilla. No tengo quien me consuele, todos mis amigos me faltaron y se volvieron mis enemigos. Todos los que me honraban me han menospreciado. Los enemigos abrieron contra mí su boca, se burlaron y crujieron sus dientes; dijeron: ¡Devorémosla!
...Destruyó y no perdonó, todos los perseguidores me alcanzaron entre las estrechuras. Me dieron caza como ave, sin haber por qué, ataron mi vida en cisterna, pusieron piedra sobre mí, aguas cubrieron mi cabeza; yo dije: "Muerta soy"
Y anduve sin fuerzas delante del perseguidor. Y no hubo quién me ayudara, me acordé de los días de aflicción y de mis rebeliones. Me miraron los enemigos y se burlaron de mi caída; me he entregado en manos contra los cuales no podré levantarme. La inmundicia está en mis faldas y no me acuerdo del fin. Sólo sé que di por la justicia todas mis cosas preciosas, para entender la vida.
No se ofuscarán entonces los ojos de los que ven, y los oídos de los oyentes oirán atentos y el corazón de los necios entenderá para saber, y la lengua de los tartamudos hablará rápida y claramente... Por esta causa lloro; mis ojos, mis ojos fluyen aguas, mis entrañas hierven y mi corazón se trastorna dentro de mí, porque me rebelé de gran manera...
(Con peligro de nuestras vidas traemos pan ante la espada del desierto)
...Por fuera hizo estragos la espada; por dentro señoreo la muerte. Oyeron que gemía, mas ya no hay consolador para mí, porque muchos son mis suspiros y mi corazón está adolorido.
Me dejó en obscuridad, como los ya muertos de mucho tiempo, me cercó por todos lados y no pude salir, hizo más pesadas mis cadenas y mi alma se alejó de la paz, me olvidé del bien. Puse mi boca en polvo por si aún hay esperanza.
Yo me he rebelado y fui desleal; tu no perdonaste. Desplegaste la ira y me perseguiste, mataste y no perdonaste.
Luego titubearon como ciegos en las calles, fueron contaminados con la sangre de guerra, de modo que no pudiesen tocarse sus vestiduras.
...Aún han desfallecido mis ojos esperando en vano mi socorro; en mi esperanza aguardo a una nación que no puede salvar.
Nuestros padres han pecado y han muerto y nosotros llevamos su castigo. Cesa el gozo de mi corazón. Mi danza se cambió por luto, se cayó la corona de nuestra cabeza, por eso se entenebrecieron mis ojos; se acercó nuestro fin, se cumplieron nuestros días porque llegó nuestro fin.
Sobre los montes nos persiguieron, en el desierto nos pusieron emboscadas.
Zorras andan por él..."
II. Mi sangre abunda en el juicio de los muertos y mis lágrimas recorren el camino de la vida... ¡al fin soy feliz!
Impulsos internos congestionan mi cuerpo hasta el punto de que no siento el alma.
Mis pensamientos cayeron en el vacío de la soledad, descubriendo mi mundo, mi fuerza para seguir a pesar de todo... de los tropiezos y de mi necesidad de levantarme nuevamente, atravesando con el escudo del espíritu más allá del emerger de mi vientre, el centro del universo, donde me inclino a través del tiempo. Donde aprendí a olvidar, a vivir sin amor, sin sentir, sin poder mirar a los ojos al ángel de mis pesadillas que me acurruca en sus brazos y me invita a sufrir y gozar de mi maldita suerte, de mi futuro rodeado de barreras y la muerte anunciando el principio de mi libertad.