Me he dado cuenta de que muchas veces ofrecemos lo “verdaderamente necesario” para conseguir algún momento de gloria. Nos ofrecemos y ofrecemos al mundo lo poco que nos queda, y la mayor parte del tiempo terminamos con el corazón roto.
Esta historia es una forma de despertarme, de entender que el corazón no se le puede ofrecer a cualquiera (ni por cualquier cosa). Es claro que no todas las personas están dispuestas a valorar las entregas que se les hacen, es evidente cuando vemos nuestro nombre en su lista junto a muchos otros.
Debemos aprender a amarnos, antes de querer cualquier otra cosa. Debemos valorar cada parte de nosotros, aceptarla tal y cual es, con sus virtudes… y las que no lo son. Debemos llorar, reír, gritar, soñar, vivir y sobrevivir; no mañana, no hacerlo porque no lo hicimos ayer, sino en el presente, en el momento vivido, morir con una sonrisa en la cara y no por el contrario morir en el intento.
Si se quiere ver de esta forma es una llamada de alerta. No podemos permitir que cualquiera venga y nos obligue a caminar con el corazón herido. Hay que ser feliz con lo que se tiene y defenderlo a muerte ante cualquiera. Hay que entender que los que nos aman no van a pedir a cambio nuestra vida para darnos un poco de su agua, de su ser…
-----
Una mujer ha vivido toda su vida encerrada en una caja. La única forma en la que puede salir de ahí es con la llave de su corazón, por lo que decide sacárselo y salir de la caja.
Una mujer ha vivido toda su vida encerrada en una caja. La única forma en la que puede salir de ahí es con la llave de su corazón, por lo que decide sacárselo y salir de la caja.
Al encontrarse en el exterior se enfrenta con las necesidades humanas, es decir, se empieza a sentir sola, con hambre, sed, frío y perdida en este mundo tan grande. Trata de convencer a la “madre naturaleza” que le deje beber del agua pura prohibida para los hombres, por lo que le ofrece su corazón (que ya había retirado de su pecho) a cambio de saciar su sed.
La “madre naturaleza” acepta el corazón de esta mujer y ella se regocija del mundo que la naturaleza le ha dado. Mientras la mujer compara la caja en la que ella vivía con el mundo que ella esta viendo ahora, el agua que está bebiendo la hace sentir la falta de su corazón.
La mujer se da cuenta de que necesita su corazón para poder seguir viviendo y le reclama a la “madre naturaleza” por haberla traicionado. La “madre naturaleza” le muestra su corazón que ha tirado al lodo junto a muchos otros corazones que también le han ofrecido.
La mujer mira su corazón que late lentamente, se ha dado cuenta de que ya no le pertenece. Trata de llorar, gritar, pero no puede, sus sentimientos están agonizando junto a su corazón. Ella se oculta para no evidenciar a la “madre naturaleza” que ha perdido, mira con horror su corazón que se desvanece en el suelo, le pide perdón por haberlo abandonado y trata de acercarse a él para sostenerlo en sus brazos, pero la “madre naturaleza” se ha opuesto imposibilitándola estar cerca de él.
La mujer se deja caer al suelo y le pregunta a la “madre naturaleza” que va a ser ahora de ella. La “madre naturaleza” la ha condenado a caminar en la vida con el corazón arrastrándose a sus pies, viéndolo en cada paso sufrir, y ella sin poder expresar su dolor.
2009
2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario