Aunque pierda mis sueños
aunque pierda mi voz,
aunque me lleve el viento y no vuelva jamás
Aunque pierda de mí, tu boca y tu lunar
yo te juro mi piel
a vos y a los demás
que mi acorde con filo,
también podrá matar
Que tu risa en el río ensangrentada
y fugaz, no será un puto olvido
no será soledad
no estará entre los 9 de los de Alí Baba.
Primer día:
Sólo hay una cosa que en este momento me hace moverme y vivir en la forma en que lo hago. No me quejo, es parte de la vida.
Encontrar esa canción que verdaderamente reflejara lo que siento hizo que me enfrentara aún más con aquello que hace sonreir mis entrañas.
Aunque pierda mis sueños, aunque pierda mi voz ese día nunca lo olvidaré… aunque me lleve el viento y no vuelva jamás… no recuerdo nunca haber saltado de las butacas de la forma en que lo hice. Sentí como si me robaran el aire cuando me enteré que ese día no iba a cantar.
Doy gracias a Carolina que tuvo más valor que yo para decir ¿Puedo cantar? Fue inevitable luego levantar mi brazo para que se dieran cuenta de que yo también quería. La verdad no sé cuánto duré al frente de la puerta azul, pero imagino que fue menos que las palpitaciones desenfrenadas que se desbordaban de mi cuerpo.
Yo te juro mi piel, a vos y a los demás que mis piernas volcoteaban mis pasos, que intentaba ir hacia el frente pero ellas no me lo permitían.
1, 2, 3… y sin darme cuenta estaba expuesta, sentía las luces de sus miradas. No sé si en realidad se dieron cuenta de lo que les decía ¿Se habrán enterado que era para ellos? Ya no sabía dónde estaba, en realidad luego no entendí que hice, ni porque lo hice. Sólo sé que por algún momento abrí la puerta y dejer salir el alma.
¿Cómo no iba a estar tensa? ¿Cómo pretender que mi voz tuviera otro brillo? En ese momento mi voz sólo podía tener el color del miedo y la insertidumbre, no hay técnica ni entrenamiento que supere eso.
Por algún momento (por no decir todo el tiempo) mientras me entregaba al espacio sentí como todo mi cuerpo lloraba e intentaba salir de ahí, temblaba, cada parte de él temblaba, no sé en qué momento los nueve de Ali Baba anunciaron que ya había terminado. Las palabras ya no salían, todo se había callado ¿Se habrán enterado que era para ellos?
Segundo día:
Esta vez no iba a correr el riesgo de volver a sentir que me robaban el aire. Esta vez no fue necesario saltar de las butacas, ni esperar a que Carolina o alguién más quisiera pasar. Esta vez no conversé con la puerta azul, esta vez no permití que mis piernas me jugaran sucio.
Mientras todos buscaban el mejor asiento, yo estaba de pie frente a ellos y frente a mis miedos, me decían: Jennifer ¿Si usted sabe cantar, si sabe que esta canción es suya, que le pertenece… porque se pone tantas trabas?
¿Listos? Bueno, nuevamente mi voz tomaba el color de ser escuchada. Es un poco tímida ¿Sabe? No sé que le sucede, cuándo está en la casa es un trompo sin freno, pero acá es como si le cortaran el cordón, que aunque trate de darle vueltas con las manos no logra mantener el equilibrio.
Esta vez sin embargo fue diferente, creo que quizás fue la insistencia de mis manos lo que hizo que poco a poco fuera rotando.
Fue maravilloso, nunca había sentido (no de esta forma) el delicioso placer de comerme el escenario. Sentí que mis piernas daban pasos agigantados y que cada movimiento me hacía grande ¿Se habrán enterado que era para mí? ¿Para superarme, para superar, para crecer?
No lo sé, la verdad no me interesa. Sólo sé que me sentí enorme, que llenaba cada espacio, que mi voz llegaba más allá de lo que podría imaginar…. Gabriel no pudo escoger mejor lugar que en el que se hallaba, pude imaginar por algunos momentos que él era aquello que hace que en este momento me mueva y viva de la forma en que lo hago, un pretexto más para descarar mis sentimientos.
Si me desequilibré o no, la verdad no fui conciente de eso, pero si pasó, creo entonces que fue fascinante que mientras sentía que inunbaba cada sitio también mostraba en mí la perfección que no tengo, que reflejaba en mí que detrás de esta “capa fuerte o de heroína” hay una mujer común y corriente que sobrevive… o al menos lo intenta.
Aunque estas dos experiencias fueron completamente diferentes no me arrepiento de ninguna de las dos ¿Por qué? Por que las dos mostraron lo que verdaderamente soy yo, TOTAL, con mis defectos y virtudes. Me agradezco el haber sido sincera conmigo misma y con los demás (aunque talvés ellos no lo hayan notado). Me agradezco haber volado con mis propias alas y no haberme puesto unas de plástico por creer o pretendender volar más alto y mejor.
Fui yo, así de simple. No me quejo, es la parte de la vida.
2009
sabes de quien es original la cancion del inicio??, es que la he escuchado al final de la cancion latulacuecho de perrozompopo, gracias y buenas vibras!
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarEs una adaptación de la canción de Mejía, para el espectáculo "Causente" 2006, bajo la dirección de Janko Navarro y Jose Andrés Álvarez.